Posicionamiento de los Altavoces. (Parte I)

ALTAVOCES BIEN COLOCADOS = ¡FELICIDAD!

Cada vez que alguien me comenta su intención de adquirir un nuevo amplificador o unos nuevos altavoces, siempre les pregunto quién o qué les ha dado esa idea.
En la mayoría de los casos, siempre existe alguna razón que justifique el venirse arriba de esa manera.
Algunos lo hacen tras leer una sorprendente crítica sobre el último componente aparecido en el mercado –ya sea un amplificador, unos altavoces o unos cables- escrita por ese periodista de audio en el que creen.
Otros lo hacen tras una charla con el representante de un importador en cualquier feria.

Y algunos otros a los que no les influyen las críticas o las charlas esotéricas, tienen el impulso o la necesidad de comprar algo para su equipo de audio (y para sus oídos) ya que quieren un cambio en su vida personal, como si el sonido de su equipo de alta fidelidad fuese un nuevo ligue. ¿Sus motivos justifican el gasto en nuevos componentes? 
Unas cuantas preguntas y respuestas nos ayudarán a analizar el problema.

LAS FUENTES

No podemos continuar sin antes conocer de qué equipo disponemos. Es importante conocer cómo trata la señal y dónde y cómo está colocado en la sala. Un amplificador va a sonar de manera diferente en función del rack y la estantería sobre el que está colocado. Lo mismo se puede decir de los preamplificadores, los reproductores de CD y los giradiscos. 

Si el culpable es la combinación cápsula-brazo-plato y/o el CD tendremos que tomar otro camino. Como todos sabemos, la colocación del amplificador, el giradiscos y CD es tan importante como la de los altavoces. Si tuviese más tiempo os daría una serie de consejos sobre los racks y estanterías y comenzaría diciendo que tiraseis por la ventana esos bonitos estantes realizados en cristal ahumado y los sustituyeseis por madera. (Si esto ya lo conocías, mucho mejor).

EL AMPLIFICADOR
Si el amplificador no tiene nivel, tendremos que comprobar la potencia, corriente y estabilidad. También tendremos que considerar el patrón de fase. Podría ser que el diseñador de los altavoces incluyese un salto en la fase de manera que el preamplificador no la pudiese compensar. Un salto en la fase limita la fidelidad en la parte alta del espectro y elimina el impacto y la limpieza de los detalles en las estructuras más complejas.

También pudiera ser que el amplificador sea demasiado potente, lo cual también es malo si utilizais altavoces de alta sensibilidad. El amplificador también puede tener demasiada retroalimentación negativa lo que provocaría que éste no pudiese generar energía con la suficiente velocidad. Otro posible origen del sonido blando o turbio podría ser la utilización de amplificadores puenteados. Como bien sabréis, el puenteado suele proporcionar un sonido blando. (Existen más aspectos sobre los que trataremos más adelante).


LA SALA
Lo primero que tenemos que conocer son las dimensiones de nuestra sala de escucha. ¿La sala es alargada y estrecha? ¿Es cuadrada? ¿Es una habitación muy amplia? ¿Y está amortiguada con mobiliario, alfombras, tapices, cuadros, estanterías para los libros y los discos y cuál es la colocación de los altavoces? Las respuestas a estas preguntas son tan claras que nos hacen ver que muy pocos melómanos dan a los altavoces la atención y el cuidado que realmente merecen –aunque algunos piensan que lo hacen. O si lo hacen no siempre saben como obtener ese pequeño plus.


 

Además, he notado que algunas personas no quieren situar los altavoces en la posición correcta porque una escena sonora amplia y profunda les distrae y les obliga a realizar una audición más concentrada.
Esos melómanos colocan los altavoces de manera que acentúan ciertos aspectos de la banda audible: por ejemplo un extremo grave con mucha presencia, o unos medios más dinámicos, mucha presencia de los agudos, etc. lo que va en detrimento de la recreación de una sala de conciertos, un escenario o un estudio de grabación.

Continuará…

 

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